A Julie Paradis le diagnosticaron diabetes tipo 1 (DT1) a los 28 años. Si bien ha enfrentado algunos desafíos, incluido el embarazo, prefiere centrarse en lo positivo.
Justo cuando crees que tienes todo bajo control, la vida te lanza una bola curva. En mayo de 2017, tenía 28 años, vivía en Nueva York y me había casado hacía poco... cuando, de repente, aparecieron esos síntomas típicos y... ¡BAM! Me diagnosticaron diabetes tipo 1. Recibir el diagnóstico tan tarde en la vida fue un equilibrio interesante de emociones. Por un lado, la vida como la conocía cambió por completo (¡una vida con la que me había acostumbrado mucho!). Por otro lado, no pude evitar estar agradecida de haber transitado la mayor parte de mi existencia sin la enfermedad: la infancia, la universidad y mi vida adulta hasta ahora. Un diagnóstico de diabetes tipo 1 a cualquier edad te hace más fuerte, más en sintonía con tu cuerpo y siempre preparada para cualquier cosa.
Para mí, el mayor desafío que enfrenté después del diagnóstico fue quedar embarazada. No solo es una cuestión complicada de afrontar, sino que combinar la diabetes tipo 1 con el embarazo se convirtió en un obstáculo completamente nuevo. Tuve que ignorar las historias aterradoras que había visto o leído sobre la diabetes tipo 1 y el embarazo y, en su lugar, simplemente ponerme anteojeras y seguir adelante con las herramientas y los consejos que me había dado mi equipo de atención médica. Con un poco de práctica, paciencia y diligencia, tuve la suerte de darle la bienvenida al mundo a una niña sana casi exactamente dos años después de mi diagnóstico. ¡Hace poco celebramos su primer cumpleaños y mi tercer aniversario del diagnóstico en la misma semana!
La diabetes tipo 1 es un desafío, pero no imposible. Estoy agradecida de vivir en un mundo donde la educación, la tecnología y la medicina han avanzado para que pueda experimentar la vida (especialmente la maternidad) como cualquier persona normal.
Mi consejo para las futuras mamás con diabetes tipo 1 es que pueden lograrlo. El camino puede ser un poco más difícil de lo normal, pero cada paso vale la pena.