“Este año fue un gran hito para mí... 50 años viviendo con diabetes tipo 1. Me diagnosticaron en 1967 cuando tenía seis años y estaba en el jardín de infantes. Recuerdo que estuve en el hospital durante diez días, sin poder hacer que mis tres hermanos vinieran a visitarme, y recuerdo que las enfermeras le enseñaron a mi madre cómo poner una inyección practicando con una naranja. Una vez que me dieron el alta, recuerdo que mi madre hervía mis jeringas de vidrio, extraía insulina de carne de res o de cerdo y me pedía que dejara muestras de orina para que pudiera calcular mi nivel de glucosa en sangre. ¡Vaya, cómo han cambiado los tiempos!
Afortunadamente, 50 años después, estoy sano y tengo muy pocas complicaciones por la diabetes.
He tenido muchos altibajos en mi vida (literalmente), pero nunca he dejado que la diabetes defina quién soy. Tengo una actitud positiva, sentido del humor y estoy agradecida por todo lo que tengo. Sí, hay días en los que tener diabetes es realmente desagradable, pero soy humana y me permito tener esos días. Nunca olvido que las cosas podrían ser peores. Tengo la suerte de tener una familia maravillosa y grandes amigos. Llevo 26 años casada y tengo 3 hermosos hijos... y una perrita muy querida, Bella. También tengo un equipo de médicos increíble.
Estoy entusiasmado con el futuro de la investigación sobre la diabetes porque, cuando era niño, me dijeron que en algún momento de mi vida vería una cura para la diabetes. Me doy cuenta de que todavía no hemos llegado a ese punto, pero toda esta investigación ha dado lugar a algunos descubrimientos y tecnologías sorprendentes. ¡Cada día que pasa, estamos un día más cerca de encontrar la cura!”
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