Al haber crecido con un padre diabético tipo 1, tuve que aprender desde muy joven qué hacer en caso de emergencia. Mi padre siempre planeó morir joven a causa de su enfermedad. Dios tenía otros planes para él. Mi padre nunca se cuidó a sí mismo. Mi padre solía ser un trabajador de la construcción, construía casas, competía en bicicletas BMX y conducía motos de cross. Era mi padre superhéroe. La diabetes destruyó lentamente su cuerpo. Le quitó la vista, le provocó una neuropatía grave desde las rodillas hacia abajo, tuvo insuficiencia cardíaca congestiva y necesitó diálisis tres días a la