Aptitud física

Poniendo la diversión en el fitness

¿Ves el ejercicio con el mismo entusiasmo que sueles reservar para preparar tus impuestos? Tal vez te ejercites para mantener tu peso y alcanzar tus objetivos de glucosa en sangre (también llamada azúcar en sangre), pero nunca has experimentado nada parecido a la euforia del corredor y te has castigado por dejar sin usar más de unas cuantas membresías del gimnasio.

No estás solo. Según el Centro Nacional de Estadísticas de Salud de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), aproximadamente el 26 % de los estadounidenses no realiza actividad física en su tiempo libre, en absoluto.

Una cuestión de mentalidad

Un culpable inesperado puede ser lo que nos decimos a nosotros mismos sobre el ejercicio antes de ponernos las zapatillas. Estar activo reduce el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas, promueve una presión arterial más baja, contribuye a la pérdida de peso y puede ayudar a mantener bajo control la glucosa en sangre, todo lo cual es importante. Pero ver el ejercicio como algo que necesitas hacer únicamente para alcanzar objetivos de salud a largo plazo puede hacer que te pierdas otros beneficios más inmediatos, como divertirte (¡sí, en serio!) o sentirte menos estresado y con más energía.

El ejercicio físico suele recomendarse como una receta médica, no como una actividad divertida. Replantear la actividad física ayuda a las personas a verla como una amiga, en lugar de como un enemigo, y a aceptarla cuando la practican, en lugar de sentir que están sufriendo. Replantear el ejercicio también ayuda a arrojar luz sobre sus beneficios menos obvios, como sentirse más concentrado y alerta.

Definir y redefinir

También podemos tener una idea rígida de lo que se considera ejercicio. En un estudio de BMC Public Health , se llevaron a cabo grupos de discusión entre mujeres para averiguar cómo la actividad física se adaptaba a sus objetivos y prioridades diarias. Muchas de las que eran menos activas dijeron que asociaban solo ciertos tipos de ejercicio, como los entrenamientos en el gimnasio que les hacían sudar, con el logro de sus objetivos de fitness. Sin embargo, simplemente elegir una actividad que disfrutes, ya sea una clase avanzada de spinning o una caminata por el centro comercial, hace que sea mucho más probable que te muevas más.

En cuanto a la adherencia a un plan de ejercicios, es útil que sientas que tienes cierto control sobre cómo el ejercicio contribuye a tus objetivos y cómo te beneficiará mental, física, social o espiritualmente. La clave es considerar el ejercicio en términos de lo que puede hacer por ti ahora mismo, no en el futuro. Ese cambio de mentalidad también podría reducir el estrés y aumentar las emociones positivas, cosas que sabemos que promueven la salud.

5 maneras de hacer que el ejercicio sea más divertido

¿Estás listo para agregar algo de diversión a tu plan de ejercicios? Aquí tienes cinco formas:

  1. Redefinir el término “ejercicio”
    El ejercicio no tiene por qué consistir en correr una hora entera que te deje sudando y sin aliento. Incluso 10 minutos a la semana de una actividad de ocio, como la jardinería o el baile, pueden reducir el riesgo de muerte prematura por enfermedad cardiovascular, entre otras afecciones. La cuestión es encontrar placer en la actividad que has elegido.
  2. Sea social
    ¡Contar con un compañero de ejercicios no solo te hará responsable, sino que también aumentará el factor diversión! Tomar una clase o hacer ejercicio en grupo también multiplica los beneficios del ejercicio. Muchos tienen programas orientados a las personas mayores, como aeróbicos acuáticos, ejercicios cardiovasculares de bajo impacto y entrenamiento con pesas ligeras. Otra gran opción es reunir a tu familia y formar un equipo para participar en la caminata Step Out Walk to Stop Diabetes® o Tour de Cure® de la Asociación Estadounidense de Diabetes. Encuentra un evento cerca de ti.
  3. Haz del ejercicio una aventura
    Aprender algo nuevo puede ser un motivador eficaz para hacer ejercicio. Puede ayudarte a descubrir nuevas actividades que disfrutes, estimular tu interés y revelar habilidades que quizás ni siquiera sabías que tenías (¡quizás eres un as en la esgrima!). Las experiencias predecibles y repetitivas también son causas principales del aburrimiento, así que considera probar una clase de baile o practicar kayak, escalada en roca o kickboxing.
  4. Añade el factor diversión
    Los expertos suelen sugerir que elijas actividades que disfrutes. Pero, ¿qué pasa si simplemente no te gusta hacer ejercicio? Intenta combinar el ejercicio con algo que ya te guste hacer. Levanta pesas ligeras mientras miras tu programa de cocina favorito o juega al frisbee en el parque mientras pasas tiempo con tus hijos o nietos.
  5. Sube el volumen de la música
    ¿Te sientes desganado con tu entrenamiento? Pon música. Los estudios sugieren que escuchar música mientras haces ejercicio puede ayudarte a distraerte de la fatiga y el malestar, motivarte a esforzarte más y ponerte de mejor humor.